Les comparto un micro-relato escrito por Franz Kafka entre octubre de 1910 y agosto de 1912
LA VENTANA QUE DA A LA CALLE
Franz Kafka.
Quien vive solo y, sin embargo, desea en algún momento unirse a alguien; quien en consideración a los cambios del ritmo diario, al clima, a las relaciones laborales y a otras cosas semejantes quiere ver, sin más, un brazo cualquiera en el que poder apoyarse, esa persona no podrá seguir mucho tiempo sin una ventana que dé a la calle. Y le ocurre que no busca nada, sólo aparece ante el alféizar de la ventana como un hombre cansado, abriendo y cerrando los ojos entre el público y el cielo, y tampoco quiere nada, e inclina la cabeza ligeramente hacia atrás, así le arrastran hacia abajo los caballos con el séquito formado por el coche y el ruido hasta que, finalmente, alcanza la armonía humana.
Reflexión de lectura:
A través de la obra de Kafka notamos la presencia de la ventana como espejismo y escape de la realidad. Este símbolo no podría estar mejor representado que en “La Ventana que da a la Calle.” En las primeras dos oraciones, Kafka alude a la soledad del día a día así justificando su necesidad de escape. En la tercera y última oración, concluye que el absurdo cotidiano puede transformarse en armonía con tan solo mirar una venta; ésta siendo metáfora para la imaginación/distracción.
El símbolo de la ventana también se puede ver en “La Metamorfosis” como constante reflejo del estado de animo de Samsa y simbolizando una esperanza tan-cercana-tan-lejana: “Gregorio miró hacia la ventana; estaba nublado, y sobre el cinc de alféizar repiqueteaban las gotas de lluvia, lo que le hizo sentir una gran melancolía” (p. 1). En su cuento “El Viejo Manuscrito” Kafka concluye esta idea; La ventana, por más bello que sea su horizonte, sigue representando una barrera para el hombre. “El portal permanece cerrado; los guardias, que antes solían entrar y salir marchando festivamente, ahora están siempre encerrados detrás de las rejas de las ventanas”
:)
y aquí un retrato de Kafka por Andy Warhol
Franz Kafka.
Quien vive solo y, sin embargo, desea en algún momento unirse a alguien; quien en consideración a los cambios del ritmo diario, al clima, a las relaciones laborales y a otras cosas semejantes quiere ver, sin más, un brazo cualquiera en el que poder apoyarse, esa persona no podrá seguir mucho tiempo sin una ventana que dé a la calle. Y le ocurre que no busca nada, sólo aparece ante el alféizar de la ventana como un hombre cansado, abriendo y cerrando los ojos entre el público y el cielo, y tampoco quiere nada, e inclina la cabeza ligeramente hacia atrás, así le arrastran hacia abajo los caballos con el séquito formado por el coche y el ruido hasta que, finalmente, alcanza la armonía humana.
Reflexión de lectura:
A través de la obra de Kafka notamos la presencia de la ventana como espejismo y escape de la realidad. Este símbolo no podría estar mejor representado que en “La Ventana que da a la Calle.” En las primeras dos oraciones, Kafka alude a la soledad del día a día así justificando su necesidad de escape. En la tercera y última oración, concluye que el absurdo cotidiano puede transformarse en armonía con tan solo mirar una venta; ésta siendo metáfora para la imaginación/distracción.
El símbolo de la ventana también se puede ver en “La Metamorfosis” como constante reflejo del estado de animo de Samsa y simbolizando una esperanza tan-cercana-tan-lejana: “Gregorio miró hacia la ventana; estaba nublado, y sobre el cinc de alféizar repiqueteaban las gotas de lluvia, lo que le hizo sentir una gran melancolía” (p. 1). En su cuento “El Viejo Manuscrito” Kafka concluye esta idea; La ventana, por más bello que sea su horizonte, sigue representando una barrera para el hombre. “El portal permanece cerrado; los guardias, que antes solían entrar y salir marchando festivamente, ahora están siempre encerrados detrás de las rejas de las ventanas”
:)
y aquí un retrato de Kafka por Andy Warhol
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