viernes, 21 de febrero de 2014

Literatura: Ventana del alma humana

La lengua ha servido de fiel compañera para el hombre tras su desarrollo histórico. Utilizándose como portal del sentir por medio del canto, el teatro, la prosa, el poema, el ensayo etc. la lengua funciona como filtro para la expresión personal, permitiendo que uno se olvide de la soledad cotidiana y se pierda en los mundos retóricos de la posibilidad.



Les comparto un micro-relato escrito por Franz Kafka entre octubre de 1910 y agosto de 1912
LA VENTANA QUE DA A LA CALLE
Franz Kafka.

Quien vive solo y, sin embargo, desea en algún momento unirse a alguien; quien en consideración a los cambios del ritmo diario, al clima, a las relaciones laborales y a otras cosas semejantes quiere ver, sin más, un brazo cualquiera en el que poder apoyarse, esa persona no podrá seguir mucho tiempo sin una ventana que dé a la calle. Y le ocurre que no busca nada, sólo aparece ante el alféizar de la ventana como un hombre cansado, abriendo y cerrando los ojos entre el público y el cielo, y tampoco quiere nada, e inclina la cabeza ligeramente hacia atrás, así le arrastran hacia abajo los caballos con el séquito formado por el coche y el ruido hasta que, finalmente, alcanza la armonía humana.


Reflexión de lectura:

A través de la obra de Kafka notamos la presencia de la ventana como espejismo y escape de la realidad. Este símbolo no podría estar mejor representado que en “La Ventana que da a la Calle.” En las primeras dos oraciones, Kafka alude a la soledad del día a día así justificando su necesidad de escape. En la tercera y última oración, concluye que el absurdo cotidiano puede transformarse en armonía con tan solo mirar una venta; ésta siendo metáfora para la imaginación/distracción.

El símbolo de la ventana también se puede ver en “La Metamorfosis” como constante reflejo del estado de animo de Samsa y simbolizando una esperanza tan-cercana-tan-lejana: “Gregorio miró hacia la ventana; estaba nublado, y sobre el cinc de alféizar repiqueteaban las gotas de lluvia, lo que le hizo sentir una gran melancolía” (p. 1). En su cuento “El Viejo Manuscrito” Kafka concluye esta idea; La ventana, por más bello que sea su horizonte, sigue representando una barrera para el hombre. “El portal permanece cerrado; los guardias, que antes solían entrar y salir marchando festivamente, ahora están siempre encerrados detrás de las rejas de las ventanas”


:)

y aquí un retrato de Kafka por Andy Warhol
 

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